sábado, 3 de noviembre de 2012

Manuel Lacarta gana el Premio de la Crítica de Madrid 2011

Según nota de prensa que nos envían hoy y que se puede leer al completo aqui, nuestro querido poeta Manuel Lacarta ha obtenido este premio en su modalidad de Poesía por su libro Otoño en el jardín de Pancho Villa. 

Desde Alacena Roja le enviamos nuestra enhorabuena por tan merecido premio y la alegría es doble porque los poemas incluidos en el libro que publicamos en Septiembre de 2012  Así es la vida proceden en su totalidad de esta obra galardonada.
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Os adjuntamos la reseña del presidente de dicha asociación (José Elgarresta):

Manuel Lacarta.- Otoño en el jardín de Pancho Villa.

Estas breves líneas nunca podrán reflejar fielmente el contenido de este magno libro que recoge la obra poética completa de Manuel Lacarta.

En los siete libros que lo integran se pone de manifiesto, fundamentalmente, la perplejidad existencial del autor. El hombre no se encuentra a sí mismo en la sociedad actual y esta obra refleja la lucha del poeta por lograrlo, aunque con poca esperanza de conseguirlo.

Reducto (1977), primero de los libros del presente volumen,  recoge en sus páginas el nihilismo a que da lugar lo anteriormente dicho. El hombre no sabe quién es, pero desea ser algo a toda costa y ese algo tiene vocación de permanencia.

El nihilismo es la tumba del hombre, pero una tumba donde nunca está solo. La ciudad, la masa, impide la individualidad del ser humano y el poeta se rebela contra ella.  

La única solución es la vuelta a la naturaleza. Sin embargo, la ciudad hace imposible esta vuelta y la deshumanización se extiende también al amor.

Encarcelado en el silencio (1978) describe, como su mismo título sugiere, el estado al que se ve abocado el hombre abandonado por el amor.

La inconstancia del amor convierte el mundo en ese desierto donde “solo la muerte/ marca su pauta/ de ritmo constante”.

Al sur del norte (1982) comienza por la añoranza de otro mundo anterior y  esta añoranza enlaza lógicamente con la crítica del mundo presente. Finalmente, se invoca la vuelta a la infancia, como la promesa del paraíso que no llegó a ser.

34 posiciones para amar a Bambi (1988) emplea el surrealismo como forma de expresar lo inexpresable: el oscuro fin de la existencia humana;  y en él brilla también la crítica a la sociedad deshumanizada.

Bambi es el símbolo del habitante de la ciudad moderna y, como tal, su víctima. Lógicamente, se impone la falta de sentido de la vida en la sociedad descrita y, por último, la soledad omnipresente.

Otoño en el país de Pancho Villa (inédito hasta este momento y que da nombre al presente volumen) nos habla acerca del tiempo como un intento de encontrar el sentido de la vida. Puede considerarse una recapitulación de la existencia.

El presente se convierte en un dolor cíclico y, finalmente, la cotidianeidad, en una amenaza.

El tipo del espejo (libro también inédito hasta ahora) supone un desdoblamiento a través del cual, como en un espejo mágico, intenta el autor, una vez más, encontrar un sentido a la existencia. Pero la imagen que el espejo devuelve sigue siendo incierta, fugitiva. 

“El tipo del espejo parpadea confundido. Nada de cuanto lo rodea le parece suyo”.

Manuel Lacarta es un poeta existencial en la línea de Schopenhauer, Sartre, Heidegger… Agarra por los cuernos al toro del infinito y se enfrenta a la nada con gallardía. Y después de leerlo, pensamos que, si bien el destino del hombre es incierto, la rebelión contra esta incertidumbre es la característica esencial y definitoria de nuestra naturaleza; aquella que nos impulsa a hablar del alma humana como de algo misterioso, pero también imprescindible para aceptarnos como somos: seres conscientes de la fugacidad de su vida, pero también de su ansia de perdurar en el espacio y en el tiempo.

                                                                                              José Elgarresta

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