"Le pido al rey de España que se vaya. Busque otra tierra. No hay razón ninguna para que siga aquí. Nosotros no queremos ser sus súbditos leales. A un rey no se le pide que dimita. Se le dice que se vaya. Si se pudiera elegir rey, también se podría quitarlo. Yo no he escogido rey, pero elijo pedir desde aquí humildemente que se vaya. ¡Váyase, majestad! Igual que usted quiere quedarse, yo quiero que se vaya. De hombre a hombre, no valgo menos que un rey. El estúpido heredero de un dictador con trona. ¿Cuándo se ha visto que un príncipe acepte la herencia de un tirano? Suplico a su majestad que, cuando se vaya, se lleve con él a sus bufones. Los que cucan un ojo y los que levantan la ceja. Los que cobran sobresueldos en sobres, y en negro, y los que dicen: "Yo no he sido". Yo, Lope de Aguirre, vasallo suyo a la fuerza, se lo pido humildemente. Háganos ese único favor a los españoles. Majestad, ¡váyase!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario